• Las fotografías guardan pequeños instantes de felicidad o de tristeza disimulada. Solo hay hueco para buenos recuerdos, a que sonríe y di patata.

sábado, 22 de octubre de 2011

ni el vertigo ni el miedo mas grande pueden pararte cuando quieres algo de verdad.



Quizás sea un defecto, pero esperar hasta el último instante para arreglarse antes de su cita ya es propio en él. Con prisa, recoge todos los utensilios usados para la mejoría de su impresión física y sale de su casa asegurándose de haberlo cerrado todo completamente bien. Se sube al vehículo con intención de dirigirse al punto de encuentro con ella. Seguramente busca alguna canción que a ella le guste escuchar. Tras breves minutos, llega al punto de encuentro: el estupendo hogar que ella y su familia poseen. La llama para que baje y abandone su hogar, con el fin de alejarse de la rutina hibernal y disfrutar de la intimidad entre ellos dos, algo que él con ansias lleva esperando durante toda la semana. Al aparecer por la puerta, ella sonríe. Probablemente sea la sonrisa más hermosa y enamoradiza que Dios haya concebido sobre una persona. A él le encanta, y ella lo sabe. Sube al vehículo y ipsofactamente él queda hipnotizado por ese olor tan característico de ella proveniente de un perfume de marca prestigiosa que él le regaló. Tras ese momento, ella lo saluda radiante de felicidad y con la intención de darle un beso. Él, en cambio, queda debilitado ante esa sonrisa y apenas es capaz de decirle mucho más que un simple "Hola". "¿Donde vamos?", pregunta ella. Ni ella ni él saben su destino de esa noche, lo que sí saben es que la pasarán junto a la persona que más desean.

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